Estos "felis silvestris catus", más comúnmente llamados gatos domésticos, son los peores animales de compañía que hay; son de carácter frío, egoístas e interesados hacia sus dueños; son hipócritas cuando quieren de comer; son estúpidamente orgullosos, gandayas, gandules e inútiles como ellos solos y representan como ningún otro animal la soberbia, la presunción y altanería más detestable.
No conocen la generosidad, solo el interés; ni la fidelidad, solo la traición; nunca creí que fueran tan aborrecibles y despreciables.
Totalmente contrapuestos a los fieles perros, que representan el cariño, la fidelidad, el agradecimiento, la bondad, el heroísmo, la sencillez, la protección. El perro es un animal que ofrece mucho más que nauseabundas bolas de pelos.
Al menos mi gato no vale madres.
Ja ja ja compadre, la diferencia del perro y el gato, es que el perro piensa que uno es Dios, ya que uno los alimenta, los limpia y los quiere, y los gatos piensan que ellos son Dios, por las causas antes mencionadas, en fin, o tengo una gata, y pues la verdad es cierto todo lo mencionado en su post, ah pero mi gata si vale madre ja ja ja.
ResponderBorrarUn abrazo
Adoro a los perros !!!
ResponderBorrarpato