miércoles, 19 de agosto de 2009

CALLEJERO

El post de Paztor me recordó esta canción de Alberto Cortez, espero les guste.

Saludos a todos.


martes, 18 de agosto de 2009

NADA PUEDO HACER AHORA

Tengo una larga lista de muy buenas razones por todas las cosas que he hecho hasta ahora en mi vida. Mantengo una imagen grabada atrás, en mi mente, de todas las cosas que he perdido y he ganado. He sobrevivido a cada una de las diferentes situaciones por las que he pasado, sabiendo bien cuando quedarme y cuando partir.
El arrepentimiento es solo una suave y leve memoria escrita en mi frente. Tengo un espíritu tempestuoso, agitado, inquieto e intenso que no descansa nunca, he sabido defender y mantener firme mi integridad, mi valor y mi entereza en cada trato, obstáculo y negociación que la vida me ha presentado.
He experimentado en carne propia, el fuego destructor del desprecio de una dama, he presenciado en ella, el tornar su manso corazón de tibio y suave oro en frío y duro acero.
He perdonado todo cuanto el perdón y la misericordia me han permitido, así también he perdonado otras cosas que solo el olvido permite perdonar.
He soñado como un niño desde el día que dejé la cuna, he asimilado todos los cambios, transitado por cada una de las etapas y dado vuelta en las esquinas de mi vida, dejando las dudas al destino.
Podría sentarme a llorar, por todo el tiempo que he perdido, pero seria eso mismo, una gran perdida de tiempo y lagrimas. Sé exactamente lo que cambiaria, si de alguna manera pudiese regresar atrás el tiempo.

¡Pero no hay nada... nada, que al respecto pueda hacer ahora!

domingo, 16 de agosto de 2009

PARA MI AMIGA MARICELA

A mi amiga Maricela, ojala visite mi blog pronto, esa chica autentica que le gusta retratar los sueños y la vida, le quiero decir que esta canción me hace feliz cuando la escucho, solamente eso; espero te guste Maricela; y a todos ustedes también por igual.


Saludos a todos y que tengan muy buen lunes y mejor semana.


P.D. Me la he pasado escuchando música Rock en Español para no sentirme fuera de lugar, me siento que estoy en “Basic Training” once again, pero esta vez musicalmente, no como cuando ingrese al U S Army tiempo atrás (después les contare de eso).
Estoy aprendiendo a que me guste la música de The White Sripes, Coldplay, Audioslave, Linkin Park, Babasonicos, Bersuit, Café Tacuba (me encanta la de ingrata), Jumbo, La Ley, Fobia, Bunbury y Cerati, al parecer eso es lo Cool, and I like to be cool; so I’ll be cool.



MIRA COMO TIEMBLO

Yo que subí el Himalaya en dos horas montado de un gran caracol
y lo bajé al trotecito silbando bajito así como si nada
yo que he toreado en las Ventas cuatro dinosaurios al rayo del sol
y por la noche nos fuimos borrachos perdidos los cinco de fiesta
yo que bajé al infierno en bicicleta
yo que bailé con el diablo un rock and roll.
Yo que de un salto al vacío llegué sin rasparme al centro de la tierra,
y en la mitad del camino crucé a Julio Verne cansado de andar.
Yo que en la cancha de Boca enseñé a Maradona a jugar con la izquierda,
yo que de ojitos cerrados vencí a Bonavena en el Luna Park.
Yo que inventé la palabra fortaleza,
yo que escapé nadando de Alcatraz.
Mira cómo tiemblo dentro de tu abrazo
y húmedo de vos a la intemperie
me derribo y pierdo todo lo ganado
tan pequeño voy de mi canción... a tu beso.
Yo que me voy por las noches a cantar baladas en los cementerios
siempre hay algún que otro muerto que me hace un corito y se pone a bailar
yo que pescando en el río atrapé una ballena con un Pinocho dentro
yo que sin polvo de estrellas volé a los confines de Nunca Jamás.
Yo, que dicté a Moisés los mandamientos
Yo que burlé las leyes del azar.
Mira como tiemblo dentro de tu abrazo
y húmedo de vos a la intemperie
me derribo y pierdo todo lo ganado
tan pequeño voy de mi canción... a tu beso.

jueves, 13 de agosto de 2009

Carta a mi algún día venidero hijo.

Hola a todos, me dispongo a publicar una carta escrita hace muchos años, 28 para ser exactos, cuando yo todavía tenia leche materna en mis labios, ahora lo sé y lo comprendo, espero les guste y los entretenga, también espero sus comentarios, pero recuerden no ser muy mordaces en ellos, acuérdense que la escribió un chamaco de 19 años muy soñador y lleno de amor.
Creí habérsela dirigido a mi algún día venidero hijo, pero ahora me he dado cuenta que mas que a mi futuro hijo me la escribí a mi mismo, me ha servido muchísimo através de mi vida, al ir y releerla una y otra vez, ha sido como aprender cosas nuevas de ese joven soñador que siempre fui y sigo siendo, bueno ya no tan joven.
Aquí les va:




Carta a mi algún día venidero hijo.

Sé que te preguntarás hijo mío, para qué escribo esta carta. Hoy, 1 de Marzo de 1981, a las 3 de la madrugada, tengo 19 años; y como escribió Friedrich Hölderling en una de sus obras: vivo en tiempos de indigencia en los que los viejos dioses han muerto y los nuevos están por llegar. Ésta es la maldición de la modernidad; algún día, tú, como yo ahora hijo mío, andarás buscando tus dioses. Yo todavía no los he encontrado. Y si escribo esto es para que el día de mañana, cuando se me haya olvidado lo que es ser joven y estar absolutamente perdido, lo que es vivir a la deriva sin brújula y sin norte; no pienses como yo, que no existe alguien que pueda entenderte. No quiero que sientas la misma pérdida que yo. No quiero que te encuentres abandonado, como el anciano al que dejan a un lado de la camino. No quiero que me mires como la vieja sombra de lo que fui, como a un viejo cuerpo incapaz de comprender tu soledad. No soportaré que me veas como yo veo a mi padre; una figura tal vez de alguna manera admirable, mítica, sobrehumana, pero tan incomprensible y anacrónica como un Dios. Quiero bajarte sólo un poco de las nubes; eres único hijo mío, pero ha habido otros tan únicos como tú, tan solos como tú, tan perdidos como tu alma. Entre ellos, yo. Sé que jamás podrás comprenderme, al igual que yo no entiendo a mi padre. Porque seré fruto de unos años distintos a los tuyos. Pero no soportaré la pesada carga de vivir sin haber hecho hasta lo imposible por que me entiendas y por entenderte; por hacerte saber que tú eres tan mendigo de espíritu como yo, tan deudor de respuestas como yo, tan inquieto buscador como yo.

Por esta vez no quiero escribir algo hermoso, sino sincero. Todo me da igual salvo hablarte de tú a tú; y como sé que tal vez mañana será imposible, porque no seré tu amigo sino tu padre, te escribo desde hoy. Ésa es la bendición de la literatura; poder convertir lo temporal en eterno. Como dijo Friedrich Schiller: El arte es el resultado de sumar lo abstracto y eterno de la forma, con lo contingente y relativo del contenido. Pretendo legarte como herencia la angustia de mis años de dudas. No para que saques algo en claro de ellos, sino para que no te sientas tan solo como yo me siento ahora. Son las 3 de la madrugada, y en los cuartos contiguos duermen mis padres tranquilamente, totalmente ajenos a cuanto me atañe, y a los que siento carceleros involuntarios de mis días. Yo no quiero que tú me veas de la misma manera jamás; es por eso que te escribo esto.

No, espera. En realidad no lo sé. No sé por qué te escribo esto. Necesito hacerlo, y punto. Nunca sé por qué escribo realmente. Sólo soy consciente de esta necesidad tan grande, como lo soy del hambre o del frío.

Cualquier observador extraño diría que mi vida es maravillosa. Disfruto de un tiempo de gozo incomparable; no padezco necesidades, y me acompañan amigos por los que daría la vida, y lo que es aún más grande; ellos darían la vida por mí. Lo sé; lo han demostrado. Permíteme que te dé un consejo en esta carta; dalo todo por los tuyos, así encontraras quien todo lo dé por ti. No hay más patria que tus amigos. Tengo una mujer que me ama sin pedir nada o casi nada, que, como dijo alguien por ahí, no es lo mismo pero es igual. ¿Sabes qué es para mí el amor? El amor es la sublimación de la amistad; es el sentimiento más grande que existe, aquél por el cual venderías tu propia felicidad por conseguir la de otro. No sé si Laura, la mujer por la que hoy vivo y amo con toda mi alma, será mañana tu madre (ojala lo sea, lo deseo con toda mi alma). Lo único que sé con seguridad es que hoy a mis 19 años de edad, es ella la que me mantiene vivo, la que me sostiene para soportarlo todo. Cuando el mundo se convierte en una catástrofe y "el hoy" es una pérdida constante, ella se mantiene en pie en mi (ella o su concepto, que es lo mismo); como un faro que sobrevive indemne a la tempestad. Ella es el descanso del guerrero. Sueño con tenerla siempre como confidente, como confesora, como compañera, como amiga, como amante y ojala algún día como esposa, más allá de todo interés egoísta. Cuando todo falla, ella está ahí para mantenerme en pie; y yo estoy ahí para ella en el momento en que su mundo cae destruido. Después te hablaré mas de lo que significa para mí el amor y la amistad; por ahora te diré que ella es la mejor de mis amigos, la única persona a la que puedo confiarle mi miseria sin miedo a burlas, sabiendo que me amará más allá de lo que yo haga y diga. Hijo mío, busca un amor así; no trates de encontrar quien colme tu deseo ni quien halague tu vanidad. Esos nunca te faltarán; no los necesitas. Encuentra a aquél capaz de decirte lo que precisas, no lo que quieres oír; ése será tu verdadero amigo; ése será tu verdadero amor. Tendrás, como yo, innumerables dudas. ¿Cuántas mujeres hermosas querrán disfrutar de tu carne? Mañana, en fin, quizás haya una por la que sientas lo mismo. No importa; será eterno mientras dure. Así es el amor. Lo importante no es lo que se ama, ni cuánto tiempo se ama, sino cómo se ama. El placer podrás encontrarlo en cualquiera; la amistad y el amor, sólo en unas pocas. Que no te engañen; el amor no es deseo ni enamoramiento, sino amistad más allá de las fronteras del alma.

Como siempre; me pierdo en divagaciones. Lo que quería decirte es que no importará tener una vida plena; aún así podrás encontrarte y sentirte vacío. ¿Para qué poetas en tiempos de indigencia? No permitas que el pesimismo te venza. Eres necesario, precisamente porque vivimos en años de miseria. Hoy creo que está en mis manos encontrar a los nuevos dioses; mañana estará en las tuyas. Yo creo que estoy cerca de hallar los míos. No los aceptes como dogma. Ni los míos ni los de nadie. Aprende sólo una cosa de los pesimistas; no aceptar las verdades que los demás quieren venderte. Busca tus propios dioses.

Llevo bastante tiempo dándole vueltas a esta idea. Ya cuando tenía dieciséis años (después te hablaré mas de mis dieciséis) pensaba escribir esto. Entonces pensé que no tenía nada interesante que decirte; la verdad; fui un cobarde. Lo que realmente ocurrió fue que no fui capaz de asumir todos los cambios que me estaban ocurriendo. Para mi pesar sigo sin poder hacerlo en su totalidad; es sólo que ahora me doy cuenta de que lo importante no es entenderlo, sino ser capaz de contarlo, ser capaz de escribirlo. Como dijo Jorge Luís Borges, en manos de un escritor está escribir la historia, pero no discernir su moraleja. Hoy quiero, ya no entender, sin no cuando menos aceptar todo cuanto me ocurre para poder contártelo, para poder escribírtelo.

He pasado tiempos verdaderamente difíciles, tiempos de grandes crisis. Cuando creía tener cimientos para sostener mi futuro, vinieron desde fuera a cuestionármelo todo. Mi fe en la trascendencia del hombre, de por sí maltrecha, fue cuestionada hasta el punto de pasar meses planteándome si quizás no servía todo para nada. Las crisis, hijo mío, son terribles; pero crisis no significa pérdida, sino duda, y preguntar siempre es el preludio para saber más. Pregúntate constantemente a ti mismo; jamás alcanzarás una respuesta universal, pero quizás encuentres una que te sirva para vivir. Lo dijo San Agustín, el de Hipona; posiblemente, como yo, no compartas su fe, pero sí su afán de búsqueda; y en la lucha por la verdad, como dijo él; si la Muerte no te encuentra vencedor, que te encuentre al menos peleando. No tendrás certezas, pero podrás mirarte al espejo y estar orgulloso de lo que ves.

No hay nada más grande que ser un buscador de la Verdad.

Hoy pienso que el Hombre es pasajero, pero le está permitido acariciar lo absoluto; el Infinito intelectual que hemos inventado nosotros, ese raro animal dotado de pensamiento que somos, es muy superior a cualquier agujero negro que puede reducirse a una simple ecuación. Desprecia a esos absurdos científicos que todo lo convierten en una ecuación; ellos no entienden que el hombre, aunque es la medida de todas las cosas, se ríe de las matemáticas y convierte todo en la ciencia incierta de lo posible. Cuando creas que todo lo sabes, siempre habrá alguien que destruya tu pétreo pensamiento (una mujer, ya que el amor es la fuerza más creadora y destructora de la naturaleza).

Disfruta tu escaso tiempo. Seguramente te prohibiré muchas cosas. Me dolerá hacerlo pero será mi deber de padre, igual que lo fue de tus abuelos contra mí. Y tu deber de hijo será ignorar mis fronteras y bailar más allá de toda norma, desafiando la experiencia y negándote a escarmentar en cabeza ajena. Yo juego hoy con lo prohibido, y desprecio a cuantos no han probado el fuego que los dioses negaron a Prometeo. Róbame la hoguera, aunque sufras mi castigo: nunca serás tan grande como cuando el Sol queme tus alas de cera. Cae, hijo mío, como he caído yo; te levantarás del mar, glorioso como la cólera de Aquiles. Olvida las leyes de los hombres; tus días son escasos, y no quiero que llegue la hora en que añores los besos que no has dado. Es un decir. Entiende "vivir" cuando digo "besar". No te pierdas nada. Por favor. Tiempo tendrás para decidir como adulto; primero tienes que saber cuáles son tus opciones. Es mejor fracasar en la batalla que vencer sin lucha.

Y lee mucho. Debes conocer lo que los sabios han dicho para ser realmente libre. Immanuel Kant dijo que el hombre ilustrado es aquél capaz de decidir libremente sin ataduras; sólo aquél que conoce todas las opciones está libre de influencias. Jamás permitas que nadie te diga: "¡esto no debe leerse!", porque también de los textos prohibidos se aprende, aunque sea por repulsión. Ningún conocimiento es en vano. Que nadie reme por ti; es preferible naufragar por decisión propia que llegar a buen puerto por orden de otro. Al menos es más digno. Y para ser realmente libre no hay más camino que conocer todos los senderos a elegir. Sólo entonces podrás despreciar las cadenas y vivir por encima de cuanto otros te ordenaran, sabiendo que actuarás conforme a la ley de tu corazón; ésa es una ley que jamás Estado alguno podrá superar.

Aprovecha cuanto la vida te ofrezca. Hoy sé, que si mañana me tocara morir, lo haría feliz y satisfecho de mí mismo. Nunca he dejado pasar un tren. La felicidad está en tus manos hijo mío, y no depende de otros, ni del dinero, ni del bienestar, ni de las cosas estúpidas que se ganan con la misma facilidad con que se pierden. Ser feliz es tan fácil (o difícil) como aprender de lo bueno y lo malo; como ver el alba cercana en la madrugada; como ver ventanas donde otros encuentran puertas cerradas. Te dirán que hay cosas que no tienen solución, y tendrán razón, pero no importa; lucha. Lo importante es el camino. ¿Sabes qué me impulsa a pelear, a mis 19 años, contra ídolos enormes con pies de barro?

Tú.

Nunca dejes de tener fe en el futuro. Tus días serán difíciles, como lo son los míos; trata, aún así, de legar un mundo mejor que el tuyo a tu hijo que algún día estará por venir. La utopía no es una tierra a la cual llegar en el futuro, sino un ideal por el cual morir; y por él debes dar tu vida si es necesario; de lo contrario, ¿para qué vivir? Jamás permitas que conviertan tu vida en una obligación cotidiana para fichar, como si del trabajo de un oficinista se tratara. Busca un ideal para ti, una utopía. Y muere por ella. Hoy, a tus 19 años, mañana, y siempre. Y cuando pregunten por ti, que digan que estás, aunque muerto, con los ojos bien abiertos. Mirando. Y soñando con un futuro mejor.

No puedo dejarte mejor testamento que mis buenas intenciones de hombre joven, aún ilusionado por la vida y sus posibilidades infinitas. Que no te engañen los siervos de la razón que dirán que desde tu nacimiento has sido vencido por las leyes de la ciencia; a escala divina no eres más que un títere, pero los dioses viejos han muerto y los nuevos no han llegado aun, así que, ante los ojos del hombre eres totalmente libre para decidir qué hacer con el tiempo de tus días. Vive despacio, haciendo de cada instante, triste o feliz, un poema que regalar a las generaciones venideras.

Te escribiré otras muchas cosas mas hijo mío que algún día estarás por llegar, donde dejaré mis pensamientos para que no se pierdan; para que cuando la edad me cambie, haya unas letras que me escupan la verdad a la cara; que me digan y me recuerden que yo también fui joven y anduve buscando como loco un norte que guiara mi vida. Espero que esto te sirva, al menos, como declaración de intenciones; como honesta (por fuerza) misiva hacia el futuro, que no te valga de norte, pero al menos camine junto a ti como compañera. No te esfuerces tanto en buscar un norte, sino esfuérzate en vivir sin él. Sal en tu barco a navegar y olvídate de Ítaca, lo importante es el viaje, más no Ítaca; pero recuerda siempre que sin Ítaca no hay viaje, y que además Ítaca no es un norte, sino una excusa.

Y que vaya contigo todo mi amor, amor del padre que aún no soy pero ojala algún día seré, amor del joven que soy pero dejaré de ser, amor del corazón inquieto que nunca parará de buscar y morirá buscando, amor del hombre que morirá por dejarte un mundo mejor del que encontró.

Con todo ese amor a ti,


Yo, tu padre, a sus 19 años.

lunes, 10 de agosto de 2009

ME ES TAN DIFÍCIL

Me es tan difícil el hablar por ahora del cielo, de la tierra, del amor, de lo que tiene verdadero valor... de lo que el hombre debe ser para ser un hombre de verdad.

Me es tan difícil hoy tomar pluma y papel y escribir palabras que valgan la pena, que orienten, que animen, que entusiasmen, o ya de plano que tan solo entretengan.

No... No es que tenga el humor adormecido. Me hubiera gustado hablar hoy de las flores, de los pajaritos, de las estrellas, o quizá hablar de sonatas y armonías, para acompasar los gratos sueños, que mágicamente transforman la vida en saeta de ilusión, para poder alcanzar libremente la infinitud de lo inimaginable.

Más que difícil, me es imposible hablar hoy de suaves vientos, del rumorar de las hojas de las palmeras, de la quietud nocturnal, o de la belleza de un mar en calma. Y no es por capricho, ni es cuestión de que si me faltan o no las ganas para hacerlo. Simplemente, ¡NO PUEDO! Seria absurdo el intentarlo y ridículo el esforzarme.

Amigos... Permítanme por favor, hoy... tan solo rezar, quiero orar con la más profunda Fe, aunque sienta flagelada la esperanza.

Disculpen por favor mi silencio, pero es que... Me es tan difícil el hablar por ahora del cielo, de la tierra, del amor, de lo que tiene verdadero valor...

Por ahora simplemente... Mejor callar.