miércoles, 5 de octubre de 2011

DIVAGANDO POR LA MENTE SIN RUMBO FIJO...


Dicen que divagar por una ciudad es la mejor manera de conocerla, veamos si esto aplica con la mente...

Algunas cosas y personas las hacemos y las sentimos tan nuestras que las olvidamos, las volvemos insignificantes, invisibles diría yo, es ahí cuando las perdemos.

Vivimos con la esperanza de llegar a ser un recuerdo, y si es un buen recuerdo, habremos triunfado.

Si quien dice quererte, te ha querido solamente a ti, no podría quererte jamás, porque no sabría como a quién ni como a qué quererte.

En tu vida nadie te habrá dado nada por nada hasta que alguien te haya dado el corazón, porque sólo el corazón se da por nada. Quien ama sabiendo la razón por la qué ama, no ama en realidad.

Cuando alguien te ofrezca un corazón grande para amar, no temas, se llena con poco, entre mas grande el corazón menos necesita, aléjate de los corazones pequeños, voraces e insaciables, esos jamás los llenaras.

Amo la diferencia que existe entre el hombre y la mujer, jamás los podré imaginar iguales en ningún aspecto, es exactamente esa diferencia la que nos enriquece a los dos. Entre más admiro la diferencia mas me fascina, mas la comprendo, lo diferente se torna menos diferente.

¿Será entonces que lo diferente es incomprensión?

Estoy en contra de la igualdad de la mujer con el hombre.

¿Que acaso no se a dado cuenta la mujer que eso la esta destruyendo?

Cuando tú quieras destruir algo con eficacia, simplemente iguálalo, es así como se acaba con todo, igualándolo.

Que ambición tan mezquina la de la mujer al quererse igualar con un ser tan ruin y despiadado como es el hombre, que poca aspiración tiene, siento pena por ellas.

De entre tantas diferencias la que mas amo es la bondad reflejada en la cara de una mujer, pero eso si, con una sonrisa en sus labios, ya que la bondad sin sonrisa no es bondad.

Al discernir la verdad, cuando es la verdad de lo pequeño, la verdad es casi toda verdad, y cuando es la verdad de lo grande, la verdad es casi toda duda. Si lo más grande pudiese mostrar lo que lo engrandece, lo más pequeño sería lo más grande.

Si fuese como pareciera ser, que una sola verdad lo fuese todo, no hallaríamos jamás nuestra propia verdad en nada.

Cuando una nueva pena entra por la puerta, las viejas penas de la casa le dan la bienvenida en silencio, calladitas, mas no muertas. Si pudieras salir de tus penas y lo lograras ¿sabrías a donde ir fuera de ellas? Si fuésemos nosotros mismos los que en realidad nos condujéramos a si mismos como presumimos hacerlo, no iríamos por la senda que conduce a la muerte, se los aseguro.

Los demás dirán que andas por un camino equivocado si lograras andar por tu propio camino.

Si tú crees que no le debes nada a nadie, pues nada debes... a nadie, respeto todas tus creencias; y respeto todas tus creencias porque todas las creencias son iguales... todas son creencias... Al menos yo, si no me dieran nada quienes no me deben nada, estaría perdido... ¡Pobre de mi!

No nos damos cuanta de tan inmenso vacío que llevamos dentro hasta cuando decidimos llenarlo.

Si te describen un río de llanto frente a ti y tú no logras verlo, es porque le falta una de tus lágrimas.

Por esa mísera codicia por la cual nos regimos, hacemos de nuestro pan un paraíso sin percatarnos siquiera, que a la misma vez hacemos de nuestra hambre, nuestro infierno.

Una vez cuando joven conocí a una mujer algo mayor que yo, que se declaraba extremadamente apasionada, decía que le apasionaba todo lo que no entendía... y si que era apasionada la mujer. Decía saber tanto de mí, mas no me comprendía, y es que saber no es comprender. Cualquiera de nosotros podríamos saberlo todo y no comprender nada.

Porque saben el nombre de lo que busco ¡Creen que saben lo que busco! Y no es así.

Hombres, mujeres y cosas, suben, bajan, se alejan, se acercan, se van, regresan. Todo es una comparsa teatral, una comedia de distancias.

Si tan solo pudiéramos decirle dulcemente al oído a la persona amada, shhh... No hables... Quiero estar contigo.

A veces, como hoy, por las noches, siento la inevitable, imprescindible e imperiosa necesidad de encender la luz, para no ver mi propia obscuridad.

Y así mismo como hoy, cuando digo lo que digo es porque simplemente me ha vencido lo que digo.

2 comentarios:

  1. escribiste muchas reflexiones...y todas llenas de razon

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  2. Una de con las que más estoy de acuerdo es la de ¨Estoy en contra de la igualdad de la mujer con el hombre¨ porque nunca seremos iguales, ni peores ni mejores cada quien es diferente dentro de su propio género.


    Saludos.

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