¡NO POS QUE A TODA MADRE!

Hoy llevé a mis hijas de compras –“de shopping” dirían muchas damitas fresas allá en Monterrey- dicho con todo respeto ja ja ja ja... (Aborrezco usar palabras que no son del idioma en el que me estoy expresando si existen las palabras necesarias para poder hacerlo en dicho idioma, solo en casos extremos lo hago, así no corrompo mi manera de expresarme en dicho idioma, porque después de un tiempo pues te quedas prácticamente mudo, ni en uno ni en otro idioma te expresas de una manera adecuada, tu mensaje se convierte en un caldillo –léase vómito- de palabras mezcladas como con los pies) Chin ya me salí del calzón ja ja ja ja.
Bueno a lo que iba, las llevé pero solo puedo andar con ellas por un rato, después se convierte en tortura, mejor me voy a un lugar a tomarme un café o una soda leyendo un libro o revista, pues así sucedió una vez mas, me fui a sentar y ahí estuve relajado por algunas horas, ellas llegaron después cargadas de bolsas, y antes que yo pudiera dar un respiro mas una de mis hijas me dice: Papi... ¿adivina que? Con unas exclamación llena de mucho júbilo, y le contesto ¿que? Me dice: te acabamos de ahorrar 600 dólares... a cabron me dije dentro de mi... y le dije a ella: si querías captar mi atención ya lo lograste, a ver siéntate y explícame como ocurrió ese milagrazo... mira papi nos fuimos a la zapatería XYZ y tenían una venta del 2x1 y compramos 600 dólares y pues te ahorramos 600 porque nos dieron 1200 en zapatos...
Lo único que hice fue darle un beso a las dos y abrazarlas para después reírme.

Pero por dentro mi exclamación fue: ¡NO POS QUE A TODA MADRE!

Camino al estacionamiento cargado de bolsas se me vino a la mente una pregunta madia pendeja ¿porque no me ahorrarían los otros 600 dólares también? ¿Será esta una pregunta sacada de la dimensión desconocida o del túnel del tiempo? No lo sé, a lo mejor alguna de las muchachas blogeras que me lea me la podría responder, porque yo al parecer no tengo el alcance necesario para tan alto razonamiento ja ja ja ja ja.

No cabe la menor duda, a ellas no hay que entenderlas... solo hay que amarlas...